Ashtanga Yoga es una práctica interna que constituye en sí misma una meditación, que prepara para la meditación y que se puede compatibilizar con la meditación. En cierta ocasión durante una conferencia en Mysore, una persona le preguntó a Sharathji porqué en Ashtanga Yoga no había una práctica de meditación, Sharath le respondió: «Al final de la práctica, en padmasana, en lugar de diez respiraciones, quédate mil. Si has estado haciendo la práctica correctamente, estarás meditando.»
La meditación es un estado mental distinto al ordinario en el que la mente no opera de forma dispersa, saltando aquí y allá al rebufo de los sentidos enfocados hacia el exterior. Patanjali dentro de su yoga de los ocho pasos (Ashtanga) distingue tres elementos internos (samyama): dharana o concentración, dhyana o meditación y samadhi o iluminación. La mente concentrada es capaz de posarse sobre el objeto de enfoque sin oscilaciones; la mente en estado de meditación disipa la noción de individualidad; por último, la mente iluminada se fusiona completamente con el objeto de enfoque. Todos los pasos anteriores del Ashtanga Yoga de Patanjali se realizan con la intención de posibilitar que puedan surgir estos estados internos.
Además de la práctica introspectiva apoyada en asana de Ashtanga Yoga, existe toda una constelación de prácticas meditativas puramente mentales. En Ashtanga Yoga se parte de lo externo para ir hacia lo interno; otras disciplinas se centran directamente en lo interno. Los caminos son diversos; el objetivo, en todos los casos, el mismo: la mente.
Tras su visita a Bilbao el año pasado de la que muchos tuvisteis ocasión de disfrutar, en esta ocasión Andreina Bohórquez nos trae una propuesta distinta, aunque siempre alineada con la meditación. Con una duración de ocho horas repartidas en tres sesiones, este encuentro forma parte de la serie de talleres de pathworking que viene gestando.
Meditación y Autoconocimiento.